Cerca del mediodía asomamos el hocico fuera de la carpa, atontados por dormir tan poco y por la elevadísima temperatura que azotaba el camping. La arboleda era muy escasa en la zona donde estaba asignado el Camping In Love y realmente las carpas resultaban como una especie de microondas. Sólo deseábamos algo fresco para beber y algunas calorías para ingerir.
Con Ernesto decidimos salir del camping del A.C.A. y patear unas cuadras buscando alimento, y terminamos en una especie de estación de servicio que vendía unas buenas hamburguesas cargaditas.
Cerca de las 13 hs. volviendo al predio, nos encontramos con el amigo DJ Nelson, que estaba esperando que gente de la producción despierte y lo rescate. Saludos correspondientes y optamos por hacer una jugada más copada.
Colando a Nelson en el Camping In Love (ya que no tenía acreditación para ingresar al predio), unas cuantas cervezas frescas y pasar la tarde relajados.
Realmente fue increíble lo que se gestó en ese puñado de horas. El espíritu de guetto, la cuestión de comunidad, el azar, todo eso conjugado para pasar un momento alucinante. Terminó armando se una ronda de cervezas, sumándose gente, conversaciones fluidas y divertidísimas, la guitarra que asoma y la gente de Shelby que comienza a zapar con DJ Nelson. Freestyle bien crudo, rimas que no tenían mayor objetivo que divertir (el “no Cocaine” de Alborosie deformado en un canto contra Coca-Cola fue mortal y la lírica haciéndole el aguante a los que estábamos en el camping y castigando con ironía a las bandas que ranchaban en hotel fue para morir de risa)
Se acercaba nuevamente la hora de ir al festival. Una ducha, preparar la mochila, revisar las pilas de la cámara y allá partimos.
No llueve, pero hace agua…
Ya en la puerta del lugar, nuevamente realizamos la misma rutina: saludos, encuentros, presentaciones varias. Pero la mano se complica.
Encarando el vallado, nos rebotan “porque la pulsera esta no va, que tenes que ir allá, que esta la lista de invitados, que la lista ya llega, que el ticket donde esta”, etc, etc. Obviamente un poco de paciencia se tiene en estas ocasiones. Uno no es un necio y sabe del caos que a veces suelen ser ciertas cuestiones en festivales tan grandes. Pero la movida empezaba y estábamos afuera.
Ya mas inquietos encaramos a la gente que nos había llevado al festival, a la gente de la mismísima producción que, vaya cosa del destino, no recordaba si nos habían dado las entradas o no.
Ahí ya estábamos empezando a molestarnos: uno no hace cientos y cientos de kilómetros para transarse una entrada. Uno no es una rata y que te pongan en ese lugar, es sobremanera molesto, y sobre todo, injusto.
Un par de idas y vueltas, y gracias a la gente de La De Dios que oficia de mediadora se salda el inconveniente (cosa que no les correspondía a ellos resolver ya que nosotros éramos invitados de la producción del Carlos Paz & Love), y logramos entrar pero para esta altura, ya nos habíamos perdido a la primera banda de la tarde que participaba del In Contest y Una Nación ya estaba sobre el escenario.
Por suerte, uno está más o menos acostumbrado a los festivales, y sobre todo a éstos festivales. Hay que curtirse, hay que tener cierto espíritu templado para avanzar en estas lides, porque si dormís la calandria, quedas del otro lado del vallado por una eternidad.
Sin respiro
Nada mejor para bajar las pulsaciones de un comienzo agitado y áspero que una buena dosis de reggae music. Encarando directamente hacia el escenario, nos disponemos a disfrutar del show de los amigos de Una Nación.
Los entrerrianos repetían también en el festival, ya que formaron parte de la primera edición y concursaban por un lugar en la grilla para el 2011. Agradable sorpresa es notar el crecimiento de las bandas, y esto se me dio con Una Nación. Muy superiores se los escuchaba respecto al año pasado, con mas garra y muchísimo pero muchísimo más afilados. Alto personaje el amigo Armando que se encarga de vientos y voces en la banda, que es puro fuego en escena, que se divierte y transmite ese pasarla bien a la gente que esta viendo el show. Una Nación viene creciendo, y esta logrando cosas magníficas y bien merecidas, como talonear a grandes bandas como Nonpalidece o El Natty Combo sin que les tiemble el pulso.
Luego, es el turno de Fausto y Banda Cuenco. Una banda de excelencia, con arreglos muy bonitos, con una prolijidad de ejecución y composición envidiables que para mi gusto personal suenan extremadamente superiores en vivo que en los registros grabados. Sonidos muy cálidos se disparan desde el escenario y uno no puede dejar de pensar que esa banda esta para más (para mucho más) y me termino preguntando cuándo será que el golpe de suerte llegará. Porque trabajo (que se nota) y calidad artística, hay de sobra.
Todos los aplausos para su versión de “amor de primavera” y todos mis aplausos para el tema “utopía”
Yo fui testigo
Terminado el show de Fausto y Banda Cuenco, nos sentamos por unos minutos a beber algo y esperar un poco que todo continúe. Y por fortuna fuimos testigos de un gesto que no es habitual y que hay que reconocer, sumó mucho en cuanto al espíritu que uno busca en estos lugares. La gente de Nonpalidece, que había tocado la noche anterior, se hizo presente desde temprano en el predio y se dispusieron a disfrutar de la jornada entre la gente, como uno más, poniéndose a la par de sus colegas, sacándose fotos con el público, bebiendo unas quilmes heladas, relajadísimos. Joder, que no son extraterrestres pero es un gesto poco habitual. Cualquiera de estos “primera línea” toca y se toman el palo o, a lo sumo, se instalan detrás de las vallas y de lejos (como gauchada) te levantan un pulgar y sacá la foto si te da el zoom. Pero ese Domingo Nonpa se recontra portó.
Tal vez peque de iluso, tal vez no es un acto “heróico”, pero es lo que yo voy dispuesto a buscar en estos festivales reggaeros. Gestos, simples gestos con la música como excusa. Gestos de unidad, gestos de humildad, gestos de los músicos que devuelven a la gente todo el aguante que les hacen para que uno se vuelva feliz a su pago chico con la foto diciendo “conocí a tal y cual”. Busco eso que me haga dar cuenta que lo que se tira arriba del escenario se puede vivir abajo del mismo. No soy de los que creen que la tierra prometida esta lejos, soy de los que creemos que Zion es acá, que la hacemos entre todos con cosas simples pero (por eso rescato lo de Nonpalidece) tan escasas.
Agitando las sierras
Ya a estas alturas el In Contest estaba cerrado. El voto del público y el voto del jurado (al cual pertenecimos) definieron los ganadores que participarían de la grilla principal en la edición 2011 y ellos son: Una Nación, La Estafa Dub, Fausto y Banda Cuenco y Kingston Jam. A todos ellos felicitaciones!!!!
Turno para los sanjuaninos de Mama Perfecta. Dancehall, ragga, rock con mucho mestizaje en su esencia, agite, todo muy power desde el escenario llegaba a la gente. Con un disco recién salido del horno (“Beat & Blood”), los Mama Perfecta no te dan respiro un segundo. Y el público les responde a full, hasta armando trencito estilo cumpleaños de 15 y coreando como locos en el tema “San Juan Me Mata”. Mama Perfecta cumple con creces, y se van aplaudidos junto con la luz del sol que acababa de apagarse.
Venía movida la cuestión desde arriba del escenario y no era cuestión de bajar la pulsión. Sube Santi Palazzo que arengando a la gente presenta el siguiente número, los que jugando de locales salen a comerse el set: estoy hablando de Dale Roska
Poderosísimo set el de los cordobeses. Imposible dejar de bailar el ska que ofrecen estos muchachos a lo largo de todo el show que tuvo perlas impecables, como la invitación a compartir un tema junto a Darío de Kameleba y la versión del tema de Ska-P “cannabis” donde literalmente Pato, el cantante de Dale Roska, se arroja de cabeza desde el escenario hacia donde esta el público para compartir el pogo que se arma. Caída que por poco le cuesta muy caro, ya que se termina doblando el pie y lo vimos rengueando el resto del festival. En esa imagen esta resumido el set de los cordobeses: pura energía, pura comunicación, pura adrenalina en tiempo de ska.
Buscando las raíces
Todo buen festival de reggae, tiene (por definición) que ofrecer un espacio que homenajee al padre de la bestia, al ritmo que fue el sonido original de donde todo surge, de donde todo deviene. Imposible irse del lugar sin escuchar algo de ska jazz bien al estilo jamaiquino, bien al estilo Skatalites, que suene a Don Drummond, a Rico Rodríguez, a Tommy McCook. Imposible no disfrutar en un show del tamaño al que asistimos de ese ska mas tradicional, instrumental casi en su mayoría, con los sonidos que hicieron escuela.
En esa línea subía la Big Landin Orquesta, desde Venezuela, a hacer su trabajo. Comparables en el sonido con los Skatalites de Jamaica o con nuestros Dancing Mood, la Big Landin te trona la cabeza con su ska bien cargado de jazz, siendo una banda de excelencia en la ejecución de cada una de las piezas que tocaron. Un poco nerviosos al comienzo (el saxofonista tiró un “agradecido de estar en Brasil” al saludar, jajaja!) pero resolviendo en cinco acordes y entrando en clima rápidamente, hicieron bailar a todo el mundo. Hipnótico sonido, mientras te volaban la cabeza te ponían los pies en movimiento más allá de tu voluntad. Temas propios y un medley de los Skatalites que no tuvo desperdicio, con un violero iluminado sonando bien clásico, al estilo de las guitarras jamaiquinas que marcaron la historia (como por ejemplo Ernest Ranglin) limpias y jazzeadas, con un bajo cadencioso y bien neto, con los vientos que son una maravilla… Uno de los momentos más altos que tuvo este festival, sin dudas, lo regalo la Big Landin en su primera visita a nuestras tierras.
Positives Vibrations del otro lado de la cordillera
Continuando con los números internacionales, es el turno de Quique Neira en el escenario. Ex cantante de Gondwana y motor de los mejores momentos musicales de esa banda a mi entender, el hermano chileno se adueño del escenario y no dejo de iluminarnos a todos con un contundente set lleno de buena energía. Sumamente cálido, con un puñado de canciones de esas que cualquiera podría tener destino de hit, de esas que llegan directamente al corazón siendo ésta la mayor habilidad de Quique.
“Se que acá se escuchan mucho ciertas canciones, me gustaría que puedan escucharlas por quien las ha compuesto” disparó desde el escenario y se largo con un par de temas suyos de la época en que era la pieza clave de Gondwana. Muy buen recital, muy aplaudido, quedaba así flotando en el aire cierto aroma místico…
Ruge el León
Nuevamente, como la noche anterior, Actitud María Marta sube al escenario a hacer un par de riddims, calentando el ambiente para lo que se venía, y nuevamente obnubilan a la gente que a esta altura, ya estaban completamente satisfechos con lo que estas damas hacen arriba del escenario
El año pasado cuando los vimos en este mismo escenario, decíamos que Kameleba era la banda que se venía con todo, que sonaban excelentes en vivo, que tenían una gran proyección. Pasó un año y estábamos a punto de comprobar si la banda revalidaba todos los elogios que en ese momento le hacíamos.
Pues bien, es una enorme alegría decir que no sólo revalidaron sus títulos, sino que lo superaron con creces en este Carlos Paz & Love. Es abismal el cambio de esta banda en cuanto a potencia escénica. Kameleba hace un show increíble, potente, de continuo diálogo con la gente. Darío se ha convertido en un absoluto frontman y tiene un mejor manejo de la voz que hace un tiempo atrás. Es notable lo que el tiempo de escenario y la experiencia bien capitalizada puede hacer en una banda. A punto de editar un nuevo disco (el tercero) Kameleba es de las bandas nacionales que se encuentra en franco ascenso, con un sonido propio ya logrado, despegándose notablemente de ese “tufillo a Nonpalidece” que era muy notorio en un comienzo. Una banda de las recomendables para ver en vivo, que sabes que no te va a dejar a pata jamás, que va a valer la pena ir a verla.
Ya faltaba poco para ir cerrando la noche en el escenario outdoor, pero aún faltaba el final deluxe..
Una maquina de hacer buen reggae
Cafres era el encargado de cerrar la noche afuera. Y también los encargados de darle una cachetada a la soberbia.
Cuando ya se vio tantas veces a una banda, cuando ya se la escucho en todos lados y a cada hora sus canciones, uno va como perdiendo esa capacidad de emocionarse ante esas canciones cantadas por esa banda. Se va haciendo inmune, salvo que algo superador te vuelva a tocar esa fibra interna que te hace conmoverte nuevamente.
Sinceramente no esperaba demasiado del show de Los Cafres. Obviamente no esperaba que hagan un mal show, pero no esperaba tampoco algo que me vuele la cabeza. Y por fortuna, Bonetto y compañía me dieron un baño de humildad, sacando chapa del por qué son la banda de reggae mas grande de argentina y uno de los referentes del reggae hispanoparlante.
Un show sublime, interpretando clásicos y algunos cobres que, simplemente, fueron demoledores: “isn´t she lovely” de Stevie Wonder fue exquisito, “Slavery Day” de Burning Spear fue una perla, un lujo, una versión que no tiene comparación con nada de lo que haya escuchado, y el cover de Steel Pulse “worth his weight in gold (rally round)” fue directamente un tema para “paladares negros”.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba a Los Cafres como sonaron en Córdoba esta noche. Estallaron, y demostraron por qué son lo que son y por qué llegaron a donde llegaron. Máximo respeto a los Cafres!
Un verdadero Rub a Dub soldier
Cerrado ya el outdoor, quedaba la recta final en el espacio cerrado a puro soundsystem.
Momento para que cope la parada un veterano de los escenarios y verdadero promotor del rub a dub en nuestras tierras. Incendiario, agitando a las masas, haciendo escuela desde la tarima, DJ Nelson se encarga de prender fuego el escenario indoor riddim tras riddim, disparados por Rasflek Selektah, con quien también mantiene en todo momento un juego de agite contínuo. Temas de sus dos placas (“Jamaica-Argentina” y “Sr. Dj Nelson”) mas algún pasaje Freestyle suenan en el salón de la mano del campeón del reggae rap que hace un set adrenalínico y dinámico. El king hizo su jugada y nos dejo a todos más que satisfechos.
Luego, BlazingOne repite como la noche anterior su performance a puro new roots, siendo tan efectivo como la noche anterior. Ya cerrando, Jeez hace un corto set y Benjamín (de Pure Feeling) también hace lo suyo, aunque no tiene una de sus mejores noches en lo vocal.
El cierre, de la mano de DJ Nelson, Santi Palazzo y Rasflek copando las consolas, selecteando a seis manos, es una fiesta para aquellos que aguantamos hasta el final.
Así, el Carlos Paz & Love 2010 llegaba a su final.
Como conclusión, podemos decir que estamos muy felices de haber participado una vez más de este festival que es realizado de manera independiente, con mucho trabajo, con mucho riesgo de parte de quienes lo organizan. Dos jornadas hermosas de reggae que no tuvieron precio, con bandas de altísima calidad en un clima de armonía y hermandad.
Es real también que hay muchas cosas por mejorar y trabajar para futuras ediciones para que no empiece a hacer agua el festival por todos lados como por ejemplo, anunciar si pueden entrar menores o no (cosa que no paso muchas familias se quedaron en la puerta con su ticket después de haber recorrido muchísimos kilómetros), los precios absolutamente abusivos de las barras donde uno no tiene mas remedio que comprar, ya que estando alrededor de doce horas por noche, es necesario ingerir aunque mas no sea un par de aguas mineral. Pensar que en menos de un litro de agua gastas $20 es, cuanto menos, una animalada. Y otro tema a resolver es la cuestión con la prensa, ya que como en la mayoría de los eventos, no existe una carpa o lugar donde hacer una nota como la gente, o acceso a sacar fotos delante del vallado para que salgan medianamente aceptables. El trato con la prensa no puede resolverse con la simple facilitación de la entrada por acreditación. De una buena vez hay que entender que el que hace prensa no es un rata que quiere entrar gratis a ver un show, sino que estamos ahí trabajando, más allá de que obviamente, disfrutemos de lo que hacemos.
Por eso, repetimos que hay un largo camino que recorrer y el Carlos Paz recién ha dado dos pasos, y sin lugar a dudas, seguiremos recorriendo el camino juntos, porque vale la pena.
Agradecimientos y salutaciones
A La De Dios, que sin ellos este viaje jamás hubiera existido, y por el cuidado y preocupación que tuvieron todo el tiempo para que disfrutemos de nuestra estadía en el festival: Mechi, Santi (groso!!!) y Lucho.
A los compañeros de 19 días y 500 siestas y El Reggaero (Charly un maestro!)
A Tebi de la producción del Carlos Paz & Love, Rasflek, DJ Nelson y BlazingOne. A Ernesto que compartió la estadía en el In Love. A los Shelby, Armando de Una Nación, Gaby de Lorenzo de Actitud Maria Marta y la gente de La Estafa. A todos los que compartimos dos días de puro reggae & love!!!
A la Sista C-Lee!
Y a todos los músicos que con su arte son el motor de las ilusiones que todos tenemos cada día…
A todos, máximo respeto!!
Con Ernesto decidimos salir del camping del A.C.A. y patear unas cuadras buscando alimento, y terminamos en una especie de estación de servicio que vendía unas buenas hamburguesas cargaditas.
Cerca de las 13 hs. volviendo al predio, nos encontramos con el amigo DJ Nelson, que estaba esperando que gente de la producción despierte y lo rescate. Saludos correspondientes y optamos por hacer una jugada más copada.
Colando a Nelson en el Camping In Love (ya que no tenía acreditación para ingresar al predio), unas cuantas cervezas frescas y pasar la tarde relajados.
Realmente fue increíble lo que se gestó en ese puñado de horas. El espíritu de guetto, la cuestión de comunidad, el azar, todo eso conjugado para pasar un momento alucinante. Terminó armando se una ronda de cervezas, sumándose gente, conversaciones fluidas y divertidísimas, la guitarra que asoma y la gente de Shelby que comienza a zapar con DJ Nelson. Freestyle bien crudo, rimas que no tenían mayor objetivo que divertir (el “no Cocaine” de Alborosie deformado en un canto contra Coca-Cola fue mortal y la lírica haciéndole el aguante a los que estábamos en el camping y castigando con ironía a las bandas que ranchaban en hotel fue para morir de risa)
Se acercaba nuevamente la hora de ir al festival. Una ducha, preparar la mochila, revisar las pilas de la cámara y allá partimos.
No llueve, pero hace agua…
Ya en la puerta del lugar, nuevamente realizamos la misma rutina: saludos, encuentros, presentaciones varias. Pero la mano se complica.
Encarando el vallado, nos rebotan “porque la pulsera esta no va, que tenes que ir allá, que esta la lista de invitados, que la lista ya llega, que el ticket donde esta”, etc, etc. Obviamente un poco de paciencia se tiene en estas ocasiones. Uno no es un necio y sabe del caos que a veces suelen ser ciertas cuestiones en festivales tan grandes. Pero la movida empezaba y estábamos afuera.
Ya mas inquietos encaramos a la gente que nos había llevado al festival, a la gente de la mismísima producción que, vaya cosa del destino, no recordaba si nos habían dado las entradas o no.
Ahí ya estábamos empezando a molestarnos: uno no hace cientos y cientos de kilómetros para transarse una entrada. Uno no es una rata y que te pongan en ese lugar, es sobremanera molesto, y sobre todo, injusto.
Un par de idas y vueltas, y gracias a la gente de La De Dios que oficia de mediadora se salda el inconveniente (cosa que no les correspondía a ellos resolver ya que nosotros éramos invitados de la producción del Carlos Paz & Love), y logramos entrar pero para esta altura, ya nos habíamos perdido a la primera banda de la tarde que participaba del In Contest y Una Nación ya estaba sobre el escenario.
Por suerte, uno está más o menos acostumbrado a los festivales, y sobre todo a éstos festivales. Hay que curtirse, hay que tener cierto espíritu templado para avanzar en estas lides, porque si dormís la calandria, quedas del otro lado del vallado por una eternidad.
Sin respiro
Nada mejor para bajar las pulsaciones de un comienzo agitado y áspero que una buena dosis de reggae music. Encarando directamente hacia el escenario, nos disponemos a disfrutar del show de los amigos de Una Nación.
Los entrerrianos repetían también en el festival, ya que formaron parte de la primera edición y concursaban por un lugar en la grilla para el 2011. Agradable sorpresa es notar el crecimiento de las bandas, y esto se me dio con Una Nación. Muy superiores se los escuchaba respecto al año pasado, con mas garra y muchísimo pero muchísimo más afilados. Alto personaje el amigo Armando que se encarga de vientos y voces en la banda, que es puro fuego en escena, que se divierte y transmite ese pasarla bien a la gente que esta viendo el show. Una Nación viene creciendo, y esta logrando cosas magníficas y bien merecidas, como talonear a grandes bandas como Nonpalidece o El Natty Combo sin que les tiemble el pulso.
Luego, es el turno de Fausto y Banda Cuenco. Una banda de excelencia, con arreglos muy bonitos, con una prolijidad de ejecución y composición envidiables que para mi gusto personal suenan extremadamente superiores en vivo que en los registros grabados. Sonidos muy cálidos se disparan desde el escenario y uno no puede dejar de pensar que esa banda esta para más (para mucho más) y me termino preguntando cuándo será que el golpe de suerte llegará. Porque trabajo (que se nota) y calidad artística, hay de sobra.
Todos los aplausos para su versión de “amor de primavera” y todos mis aplausos para el tema “utopía”
Yo fui testigo
Terminado el show de Fausto y Banda Cuenco, nos sentamos por unos minutos a beber algo y esperar un poco que todo continúe. Y por fortuna fuimos testigos de un gesto que no es habitual y que hay que reconocer, sumó mucho en cuanto al espíritu que uno busca en estos lugares. La gente de Nonpalidece, que había tocado la noche anterior, se hizo presente desde temprano en el predio y se dispusieron a disfrutar de la jornada entre la gente, como uno más, poniéndose a la par de sus colegas, sacándose fotos con el público, bebiendo unas quilmes heladas, relajadísimos. Joder, que no son extraterrestres pero es un gesto poco habitual. Cualquiera de estos “primera línea” toca y se toman el palo o, a lo sumo, se instalan detrás de las vallas y de lejos (como gauchada) te levantan un pulgar y sacá la foto si te da el zoom. Pero ese Domingo Nonpa se recontra portó.
Tal vez peque de iluso, tal vez no es un acto “heróico”, pero es lo que yo voy dispuesto a buscar en estos festivales reggaeros. Gestos, simples gestos con la música como excusa. Gestos de unidad, gestos de humildad, gestos de los músicos que devuelven a la gente todo el aguante que les hacen para que uno se vuelva feliz a su pago chico con la foto diciendo “conocí a tal y cual”. Busco eso que me haga dar cuenta que lo que se tira arriba del escenario se puede vivir abajo del mismo. No soy de los que creen que la tierra prometida esta lejos, soy de los que creemos que Zion es acá, que la hacemos entre todos con cosas simples pero (por eso rescato lo de Nonpalidece) tan escasas.
Agitando las sierras
Ya a estas alturas el In Contest estaba cerrado. El voto del público y el voto del jurado (al cual pertenecimos) definieron los ganadores que participarían de la grilla principal en la edición 2011 y ellos son: Una Nación, La Estafa Dub, Fausto y Banda Cuenco y Kingston Jam. A todos ellos felicitaciones!!!!
Turno para los sanjuaninos de Mama Perfecta. Dancehall, ragga, rock con mucho mestizaje en su esencia, agite, todo muy power desde el escenario llegaba a la gente. Con un disco recién salido del horno (“Beat & Blood”), los Mama Perfecta no te dan respiro un segundo. Y el público les responde a full, hasta armando trencito estilo cumpleaños de 15 y coreando como locos en el tema “San Juan Me Mata”. Mama Perfecta cumple con creces, y se van aplaudidos junto con la luz del sol que acababa de apagarse.
Venía movida la cuestión desde arriba del escenario y no era cuestión de bajar la pulsión. Sube Santi Palazzo que arengando a la gente presenta el siguiente número, los que jugando de locales salen a comerse el set: estoy hablando de Dale Roska
Poderosísimo set el de los cordobeses. Imposible dejar de bailar el ska que ofrecen estos muchachos a lo largo de todo el show que tuvo perlas impecables, como la invitación a compartir un tema junto a Darío de Kameleba y la versión del tema de Ska-P “cannabis” donde literalmente Pato, el cantante de Dale Roska, se arroja de cabeza desde el escenario hacia donde esta el público para compartir el pogo que se arma. Caída que por poco le cuesta muy caro, ya que se termina doblando el pie y lo vimos rengueando el resto del festival. En esa imagen esta resumido el set de los cordobeses: pura energía, pura comunicación, pura adrenalina en tiempo de ska.
Buscando las raíces
Todo buen festival de reggae, tiene (por definición) que ofrecer un espacio que homenajee al padre de la bestia, al ritmo que fue el sonido original de donde todo surge, de donde todo deviene. Imposible irse del lugar sin escuchar algo de ska jazz bien al estilo jamaiquino, bien al estilo Skatalites, que suene a Don Drummond, a Rico Rodríguez, a Tommy McCook. Imposible no disfrutar en un show del tamaño al que asistimos de ese ska mas tradicional, instrumental casi en su mayoría, con los sonidos que hicieron escuela.
En esa línea subía la Big Landin Orquesta, desde Venezuela, a hacer su trabajo. Comparables en el sonido con los Skatalites de Jamaica o con nuestros Dancing Mood, la Big Landin te trona la cabeza con su ska bien cargado de jazz, siendo una banda de excelencia en la ejecución de cada una de las piezas que tocaron. Un poco nerviosos al comienzo (el saxofonista tiró un “agradecido de estar en Brasil” al saludar, jajaja!) pero resolviendo en cinco acordes y entrando en clima rápidamente, hicieron bailar a todo el mundo. Hipnótico sonido, mientras te volaban la cabeza te ponían los pies en movimiento más allá de tu voluntad. Temas propios y un medley de los Skatalites que no tuvo desperdicio, con un violero iluminado sonando bien clásico, al estilo de las guitarras jamaiquinas que marcaron la historia (como por ejemplo Ernest Ranglin) limpias y jazzeadas, con un bajo cadencioso y bien neto, con los vientos que son una maravilla… Uno de los momentos más altos que tuvo este festival, sin dudas, lo regalo la Big Landin en su primera visita a nuestras tierras.
Positives Vibrations del otro lado de la cordillera
Continuando con los números internacionales, es el turno de Quique Neira en el escenario. Ex cantante de Gondwana y motor de los mejores momentos musicales de esa banda a mi entender, el hermano chileno se adueño del escenario y no dejo de iluminarnos a todos con un contundente set lleno de buena energía. Sumamente cálido, con un puñado de canciones de esas que cualquiera podría tener destino de hit, de esas que llegan directamente al corazón siendo ésta la mayor habilidad de Quique.
“Se que acá se escuchan mucho ciertas canciones, me gustaría que puedan escucharlas por quien las ha compuesto” disparó desde el escenario y se largo con un par de temas suyos de la época en que era la pieza clave de Gondwana. Muy buen recital, muy aplaudido, quedaba así flotando en el aire cierto aroma místico…
Ruge el León
Nuevamente, como la noche anterior, Actitud María Marta sube al escenario a hacer un par de riddims, calentando el ambiente para lo que se venía, y nuevamente obnubilan a la gente que a esta altura, ya estaban completamente satisfechos con lo que estas damas hacen arriba del escenario
El año pasado cuando los vimos en este mismo escenario, decíamos que Kameleba era la banda que se venía con todo, que sonaban excelentes en vivo, que tenían una gran proyección. Pasó un año y estábamos a punto de comprobar si la banda revalidaba todos los elogios que en ese momento le hacíamos.
Pues bien, es una enorme alegría decir que no sólo revalidaron sus títulos, sino que lo superaron con creces en este Carlos Paz & Love. Es abismal el cambio de esta banda en cuanto a potencia escénica. Kameleba hace un show increíble, potente, de continuo diálogo con la gente. Darío se ha convertido en un absoluto frontman y tiene un mejor manejo de la voz que hace un tiempo atrás. Es notable lo que el tiempo de escenario y la experiencia bien capitalizada puede hacer en una banda. A punto de editar un nuevo disco (el tercero) Kameleba es de las bandas nacionales que se encuentra en franco ascenso, con un sonido propio ya logrado, despegándose notablemente de ese “tufillo a Nonpalidece” que era muy notorio en un comienzo. Una banda de las recomendables para ver en vivo, que sabes que no te va a dejar a pata jamás, que va a valer la pena ir a verla.
Ya faltaba poco para ir cerrando la noche en el escenario outdoor, pero aún faltaba el final deluxe..
Una maquina de hacer buen reggae
Cafres era el encargado de cerrar la noche afuera. Y también los encargados de darle una cachetada a la soberbia.
Cuando ya se vio tantas veces a una banda, cuando ya se la escucho en todos lados y a cada hora sus canciones, uno va como perdiendo esa capacidad de emocionarse ante esas canciones cantadas por esa banda. Se va haciendo inmune, salvo que algo superador te vuelva a tocar esa fibra interna que te hace conmoverte nuevamente.
Sinceramente no esperaba demasiado del show de Los Cafres. Obviamente no esperaba que hagan un mal show, pero no esperaba tampoco algo que me vuele la cabeza. Y por fortuna, Bonetto y compañía me dieron un baño de humildad, sacando chapa del por qué son la banda de reggae mas grande de argentina y uno de los referentes del reggae hispanoparlante.
Un show sublime, interpretando clásicos y algunos cobres que, simplemente, fueron demoledores: “isn´t she lovely” de Stevie Wonder fue exquisito, “Slavery Day” de Burning Spear fue una perla, un lujo, una versión que no tiene comparación con nada de lo que haya escuchado, y el cover de Steel Pulse “worth his weight in gold (rally round)” fue directamente un tema para “paladares negros”.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba a Los Cafres como sonaron en Córdoba esta noche. Estallaron, y demostraron por qué son lo que son y por qué llegaron a donde llegaron. Máximo respeto a los Cafres!
Un verdadero Rub a Dub soldier
Cerrado ya el outdoor, quedaba la recta final en el espacio cerrado a puro soundsystem.
Momento para que cope la parada un veterano de los escenarios y verdadero promotor del rub a dub en nuestras tierras. Incendiario, agitando a las masas, haciendo escuela desde la tarima, DJ Nelson se encarga de prender fuego el escenario indoor riddim tras riddim, disparados por Rasflek Selektah, con quien también mantiene en todo momento un juego de agite contínuo. Temas de sus dos placas (“Jamaica-Argentina” y “Sr. Dj Nelson”) mas algún pasaje Freestyle suenan en el salón de la mano del campeón del reggae rap que hace un set adrenalínico y dinámico. El king hizo su jugada y nos dejo a todos más que satisfechos.
Luego, BlazingOne repite como la noche anterior su performance a puro new roots, siendo tan efectivo como la noche anterior. Ya cerrando, Jeez hace un corto set y Benjamín (de Pure Feeling) también hace lo suyo, aunque no tiene una de sus mejores noches en lo vocal.
El cierre, de la mano de DJ Nelson, Santi Palazzo y Rasflek copando las consolas, selecteando a seis manos, es una fiesta para aquellos que aguantamos hasta el final.
Así, el Carlos Paz & Love 2010 llegaba a su final.
Como conclusión, podemos decir que estamos muy felices de haber participado una vez más de este festival que es realizado de manera independiente, con mucho trabajo, con mucho riesgo de parte de quienes lo organizan. Dos jornadas hermosas de reggae que no tuvieron precio, con bandas de altísima calidad en un clima de armonía y hermandad.
Es real también que hay muchas cosas por mejorar y trabajar para futuras ediciones para que no empiece a hacer agua el festival por todos lados como por ejemplo, anunciar si pueden entrar menores o no (cosa que no paso muchas familias se quedaron en la puerta con su ticket después de haber recorrido muchísimos kilómetros), los precios absolutamente abusivos de las barras donde uno no tiene mas remedio que comprar, ya que estando alrededor de doce horas por noche, es necesario ingerir aunque mas no sea un par de aguas mineral. Pensar que en menos de un litro de agua gastas $20 es, cuanto menos, una animalada. Y otro tema a resolver es la cuestión con la prensa, ya que como en la mayoría de los eventos, no existe una carpa o lugar donde hacer una nota como la gente, o acceso a sacar fotos delante del vallado para que salgan medianamente aceptables. El trato con la prensa no puede resolverse con la simple facilitación de la entrada por acreditación. De una buena vez hay que entender que el que hace prensa no es un rata que quiere entrar gratis a ver un show, sino que estamos ahí trabajando, más allá de que obviamente, disfrutemos de lo que hacemos.
Por eso, repetimos que hay un largo camino que recorrer y el Carlos Paz recién ha dado dos pasos, y sin lugar a dudas, seguiremos recorriendo el camino juntos, porque vale la pena.
Agradecimientos y salutaciones
A La De Dios, que sin ellos este viaje jamás hubiera existido, y por el cuidado y preocupación que tuvieron todo el tiempo para que disfrutemos de nuestra estadía en el festival: Mechi, Santi (groso!!!) y Lucho.
A los compañeros de 19 días y 500 siestas y El Reggaero (Charly un maestro!)
A Tebi de la producción del Carlos Paz & Love, Rasflek, DJ Nelson y BlazingOne. A Ernesto que compartió la estadía en el In Love. A los Shelby, Armando de Una Nación, Gaby de Lorenzo de Actitud Maria Marta y la gente de La Estafa. A todos los que compartimos dos días de puro reggae & love!!!
A la Sista C-Lee!
Y a todos los músicos que con su arte son el motor de las ilusiones que todos tenemos cada día…
A todos, máximo respeto!!